La lactancia materna de forma exclusiva es el mejor alimento para el niño hasta los 18 meses, y tiene que ser administrada junto con otros alimentos a partir de los 6 meses de edad del niño y en su defecto se utilizan las fórmulas lácteas adaptadas. Despues de los 6 meses es recomendable introducir alimentos, de manera que a los 2 años el bebé pueda comer casi lo mismo que los adultos, pero esto supone un gran cambio en el desarrollo fisiológico, psicomotor, nutricional y social del bebé. Se debe evaluar individualmente cada caso, y tener en cuenta las características y el nivel de desarrollo de cada niña/niño, asegurando que el método elegido se adapte a sus necesidades.
Es po ello que Investigadores del Grupo Nutrición y Obesidad del Departamento de Farmacia y Ciencias de los Alimentos de la Universidad del País Vasco han sacado la Guía práctica de nutrición en la infancia, que reúne las recomendaciones para una infancia saludable y consejos sobre el manejo y prevención de algunas de las posibles complicaciones más frecuentes, que si bien suelen ser situaciones benignas, causan angustia y malestar a los bebés y a los padres y madres, y motivan frecuentes consultas a los profesionales de la salud.
Entre otros contenidos, la guía aporta una serie de indicaciones acerca de la alimentación durante la primera infancia, entre ellas: Se debe vigilar al bebé durante las comidas y evitar los frutos secos, frutas con semillas, caramelos y, en general, los alimentos que pueden causar atragantamiento. Igualmente, la comida preparada y procesada, que suele contener azúcar o sal en exceso, no se le deben ofrecer. Tampoco se deben ofrecer bebidas azucaradas o con gas.
Sentar al bebé a la mesa con la familia durante las comidas facilita el aprendizaje de hábitos nutricionales correctos y es importante permitir al bebé experimentar con la comida para despertar su interés. Algunos niños suelen ser caprichosos en cuanto a sus preferencias por determinados alimentos y su rechazo a otros. Las dietas selectivas y homogéneas, con pocos alimentos, pueden generar deficiencias en algunos nutrientes y dificultar el normal desarrollo psicomotor. Es importante no premiar ni castigar con alimentos, así como evitar ofrecer alimentos alternativos cuando se nieguen a comer.
Sin embargo hay que acotar que la alimentación infantil está estrechamente ligada a factores socio-culturales y no existe una pauta única sobre cómo debe realizarse. Los padres son los que deben elegir la opción que consideran más adecuada para su bebé.
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