
El Alcohol altera los procesos metabólicos del hígado, tiene efectos diuréticos y disminuye el azúcar en la sangre. Algunos componentes de estas bebidas como la tiramina, fenil-etilamina, histamina, sulfitos, fenoles e incluso flavonoides tienen una relación directa con el dolor de cabeza. Es por ello que tras la ingesta de alcohol, es importante consumir alimentos ricos en vitamina B6, B1 como cereales y granos; otros de contenido graso y proteico como lácteos, carnes y huevos así como los que son ricos en fructosa como frutas sólidas sobre todo plátanos o jugos de frutas variadas, ya que ayudan a disminuir las náuseas. Muchas veces el consumo de alcohol ha sido tan intenso que produce irritación gástrica y vómitos, lo que dificulta comer. A pesar de ello, es importante rehidratarse: una sopa ligera con papa amarilla y con claras de huevo puede ayudar. El no comer aumenta la posibilidad de gastritis, disminución de glucosa y la deshidratación. Es importante comer antes de beber para evitar que el alcohol se absorba más rápido. Una cerveza contiene 5% de alcohol, mientras que el vino está entre 12% a 18%, un trago corto como whisky, pisco o vodka contiene más de 40%. El café puede dar una falsa sensación de recuperación, pero no hace que el cuerpo acelere el metabolismo del alcohol. No se recomienda su consumo ni de energizantes con cafeína.
No hay comentarios :
Publicar un comentario