Científicos estadounidenses del Beth Israel Deaconess Medical Center de Boston y de la Harvard Medical School publican en "Nature Neuroscience" haber descubierto cómo se produce la fiebre. Explican que se origina por la acción de una hormona en un lugar específico del cerebro -el núcleo preóptico medio-, hallazgo con el que responden a una cuestión clave sobre cómo esta función adaptativa ayuda a proteger al organismo en caso de infección bacteriana y otros tipos de enfermedades.
Según los autores, "el estudio muestra cómo el cerebro produce fiebre durante las infecciones. Nuestro laboratorio identificó el lugar concreto del cerebro donde la prostaglandina E2 (PGE2) actúa sobre una diana, llamada receptor EP3, y las neuronas provocan la respuesta febril".
Explican que durante períodos de inflamación, como cuando el organismo está combatiendo una infección, se producen citocinas. Estas proteínas, a su vez, actúan sobre los vasos sanguíneos del cerebro para producir PGE2. Esta hormona entra en el hipotálamo causando fiebre, pérdida de apetito, fatiga y una sensación general de malestar. En conjunto, todo ello constituye un mecanismo adaptativo que facilita al organismo su lucha contra la infección.
"Cuando la temperatura corporal aumenta unos pocos grados, los leucocitos pueden luchar contra las infecciones de forma más efectiva. Las personas, a su vez, tienden a sentirse letárgicas, lo que facilita la conservación de energía y ayuda al sistema inmunitario a luchar mejor contra los agentes infecciosos
Según los autores, "el estudio muestra cómo el cerebro produce fiebre durante las infecciones. Nuestro laboratorio identificó el lugar concreto del cerebro donde la prostaglandina E2 (PGE2) actúa sobre una diana, llamada receptor EP3, y las neuronas provocan la respuesta febril".
Explican que durante períodos de inflamación, como cuando el organismo está combatiendo una infección, se producen citocinas. Estas proteínas, a su vez, actúan sobre los vasos sanguíneos del cerebro para producir PGE2. Esta hormona entra en el hipotálamo causando fiebre, pérdida de apetito, fatiga y una sensación general de malestar. En conjunto, todo ello constituye un mecanismo adaptativo que facilita al organismo su lucha contra la infección.
"Cuando la temperatura corporal aumenta unos pocos grados, los leucocitos pueden luchar contra las infecciones de forma más efectiva. Las personas, a su vez, tienden a sentirse letárgicas, lo que facilita la conservación de energía y ayuda al sistema inmunitario a luchar mejor contra los agentes infecciosos
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