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21 diciembre 2010

¿ Porque se Encarnan la Uñas y como tratarlo ?

La causa principal, es el uso de zapatos inadecuados, los mismos presionan los lados de las uñas y hace que la misma se doble dentro de la piel. La uñas que se cortan en los extremos o se pelan en el borde tienden a encarnarse; para evitar este inconveniente se deben cortar las uñas de forma recta de lado a lado. En los casos que se relacionan más con la genética de los individuos, se cree que este trastorno se debe a una mal formación congénita determinada por herencia. La artrosis como los crecimientos de carne debajo de la uña pueden provocar la distorsión del crecimiento de la misma; los tratamientos antiretrovirales ayudan también a esta tendencia. Tratamiento: Cuando el problema recién comienza, lo más probable es que sólo necesitemos remojar nuestro pie en agua tibia durante 20 minutos y luego colocar algodón seco por debajo del extremo de la uña. En caso de que la situación empeore notaremos que el dolor se agudiza así como la hinchazón y el drenaje del área, muchas veces, cuando la situación se torna inmanejable, se requiere de cirugía para remover la parte de la uña encarnada. También puede optarse por el uso de antisépticos tópicos si divisamos la inflamación; el tratamiento se basa en antibióticos y antisépticos. El procedimiento quirúrgico, consiste en anestesiar la zona afectada, luego cortar la uña a lo largo del borde que está creciendo dentro del piel, arrancando el pedazo de uña, luego se aplica solución líquida en la parte expuesta, esto sirve para prevenir que la uña siga creciendo nuevamente dentro de la piel. Esta cirugía se conoce como ablación, contamos también con otro tipo denominada “intervención clásica” en donde se despega la uña de la carne en su porción lateral cortando la raíz que provoca la encarnación de la misma, aquí se necesitarán puntos de sutura.

20 diciembre 2010

La Optogenetica

Esta tecnología se vale de la luz y de proteínas fotosensibles genéticamente modificadas para controlar la actividad celular llevaba años sobrevolando la cabeza de la comunidad investigadora, pero la falta de tecnología lo dificultaba. Ahora, con el descubrimiento y el desarrollo de proteínas fotosensibles específicamente diseñadas se pone sobre la mesa una variedad de funciones celulares que pueden controlarse a elección. La optogenética tiene en la neurología una de sus principales bazas, ya que la inhibición o potenciación de neuronas permite modular comportamientos celulares. Son muchos los trabajos que en la actualidad estudian la capacidad de ciertas neuronas para influir sobre comportamientos específicos, y todo gracias a la posibilidad de conocer mejor la biología molecular que subyace en diferentes patologías del sistema nervioso. Esta disciplina requiere de cuatro pasos, según una de las revisiones que se publican hoy en Nature Methods. En primer lugar, el desarrollo de proteínas fotosensibles, para lo que es necesario modular el potencial de la membrana y dirigir la señalización celular; en segundo, la conducción de genes a la diana, que puede realizarse a través de transfección, transducción viral o creación de líneas animales transgénicas; tercero, la iluminación controlada; y, por último, el análisis de resultados. La primera generación de técnicas optogenéticas ya permite la activación e inactivación de poblaciones neuronales in vivo; ya se espera una segunda generación, en la que ensamblajes neurales poco densos espacialmente distribuidos permitan una manipulación más precisa del comportamiento animal.

La Histerectomia predispone a Cancer Renal

Un estudio llevado a cabo por el Instituto Karolinsca de Estocolmo en Suecia y publicado en Archives of Internal Medicine demostro que la histerectomía eleva el riesgo de desarrollar un carcinoma de células renales. El equipo siguió a más de 800.000 mujeres con y sin histerectomía durante 30 años, encontrando unos 17 casos por año de cada 100.000 mujeres sin útero y 13 casos en aquellas sin la cirugía. Tras considerar las variables como el año de realización de la histerectomía, el lugar de residencia y la maternidad, las mujeres sin útero eran un 50% más propensas a desarrollar cánceres de las células renales. A las participantes que se les había extirpado el útero antes de los 44 años tenían el doble de posibilidad de desarrollar cáncer renal que las que aún conservaban el útero. Los 10 primeros años a partir de la cirugía eran los más riesgosos. Los mismos patrones se aplican para el riesgo de cáncer de vejiga. Al parecer al extirpar el útero se altera el soporte y el flujo sanguíneo desde el riñón hasta la vejiga y esto llevaria a la aparicion del Cancer.

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