En los últimos tres o cuatro años, dos fenómenos han extendido su presencia en los consultorios. quejas por cansancio y contracturas de diversas partes del cuerpo, en particular la cintura escapular; a esto se suman a veces lumbalgias y bruxismo, acompañados en ocasiones por dolores de cabeza como efecto de pinzamientos cervicales. A la vez, algo que solía aparecer a partir de los 60 años, las dificultades con la memoria de nombres propios y de compromisos o acciones recientes, se hace presente a partir de los 40.
Los médicos, rápidamente, atribuimos todo esto al estrés. Aunque el estrés haya sido descrito a mitad del siglo XX, acompaña a los seres parlantes desde siempre, con mayor o menor frecuencia, se presentan alarmas de reacción, necesidades de adaptación y, si se extienden dichas condiciones, estados de agotamiento. Los cansancios crónicos que describí al comienzo, asociados a efectos sobre la memoria, no tienen como base esa alarma; en todo caso no los determina lo nuevo, lo epocal. Tampoco obedecen necesariamente a depresiones: pueden observarse en todo tipo de psicopatologías, incluso en gente muy activa que está lejos de la depresión.
El desarrollo combinado de las nuevas tecnologías de informática y comunicaciones ha generado las condiciones de posibilidad para multiplicar a niveles inesperados el trabajo cerebral. La letra y el significante, sostenes del trabajo científico y de sus derivaciones tecnológicas, no sólo permiten producir mercancías que multiplican la eficacia del trabajo muscular: han dejado restos sin significar, del registro de lo real, que se expresan en el cuerpo y la mente.En estos tres últimos años se ha extendido y diversificado la utilización de las computadoras, Internet, correos electrónicos y chats, más el uso intensivo de los teléfonos celulares, no sólo con sus diversas funciones de voz, mensajitos de texto, recepción y contestación de correo electrónico, fotografía, videos y otras. Entonces: más horas de trabajo y más concentración de actividad por hora, no sólo en el horario laboral, sino también en los “descansos” ayudan en el desarrollo de las cefaleas y fatigas presentes hoy en dia en la poblacion.