En un estudio realizado con niños de 11 años, el Grupo de Investigación en Salud Ambiental Vasca de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), ha concluido que los mayores problemas de conducta se relacionan con mayores niveles de cortisol en el cabello.
El cortisol es la hormona que secreta el cuerpo para responder a situaciones de estrés, por lo que medir la concentración de cortisol en el cabello es muy útil para analizar el estrés crónico este suele estar presente en la sangre, la saliva y la orina, entre otros lugares, e indica un nivel momentáneo de cortisol; sin embargo, el cortisol se acumula en el cabello, y eso apunta a un grado de estrés a más largo plazo, es decir, estrés crónico.
El Grupo Vasco de Investigación en Salud Ambiental (B-EHRG) ha utilizado muestras de pelo de niños de 11 años para evaluar el estrés crónico. Para ello, ha extraído datos del proyecto INMA (Medio Ambiente e Infancia), que recoge todo tipo de datos sobre niños y familias, empezando por el embarazo de la madre, con fines de investigación a largo plazo.
Así, la investigación concluyó que, en primer lugar, los problemas de conducta importantes están relacionados con niveles más elevados de cortisol en el pelo. Además,vieron que el estrés materno está relacionado con los problemas de conducta de los niños. Esto significa que el estrés materno también puede influir en los niveles de cortisol de los niños a través de sus problemas de conducta.
En segundo lugar, también encontraron algo que no esperaban: Una mayor exposición al ruido ambiental se asocia a niveles más bajos de cortisol. Vieron que cuanto mayor es el nivel de ruido, menores son los niveles de cortisol. Al clasificar el análisis por sexo, esta relación sólo fue significativa en el caso de los masculinos.
Según los investigadores, el estrés agudo inicial provocado por el ruido puede provocar un aumento temporal de los niveles de cortisol, pero el estrés crónico provocado por la exposición prolongada a niveles elevados de ruido puede reducir los niveles de cortisol. Para confirmar los resultados relacionados con el ruido, que resultaron inesperados, llevarán a cabo la misma investigación en el marco del proyecto más amplio European Athlete (Horizon 2020).
A grandes rasgos, la investigación detecto estos dos factores, pero eso no quiere decir que no haya otros factores relacionados. Es importante dar una perspectiva más amplia a estas investigaciones teniendo en cuenta más de un factor estresante. Por ello, crearon un modelo para investigar la relación entre factores ambientales, sociales e individuales y la concentración de cortisol en el cabello de los niños. Tomaron en cuenta todos los factores que pueden influir en el estrés y que aparecen en la literatura: por ejemplo, espacios verdes y azules, contaminación del aire, ruido ambiental ; relaciones familiares y escolares, nivel de estrés de los padres; problemas de sueño, actividad física, edad, sexo, etc.
Las investigaciones futuras deberían utilizar este enfoque más complejo para comprender mejor los determinantes del cortisol en el cabello de los niños; de hecho, la exposición simultánea a diversos factores ambientales, sociales e individuales puede influir en la concentración de cortisol en el cabello.
El estudio concluyó que la exposición a ciertos factores que pueden causar simultáneamente estrés crónico puede determinar la concentración de cortisol en el cabello y esto alterar el comportamiento infantil.
Este artículo se publica en la revista Hormones and Behavior.
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