En un estudio publicado en la revista Nutrients investigadores de la Universidad de Binghamton y la Universidad de Stony Brook, ambas en Nueva York, realizaron una encuesta a más de 2600 participantes de América del Norte, Europa, Medio Oriente, África del Norte y Asia. La encuesta duró 5 años e incluyó a 1.147 mujeres jóvenes, 628 mujeres maduras, 641 hombres jóvenes y 207 hombres maduros. El objetivo de los científicos era determinar qué alimentos y otros factores, incluido el ejercicio, la ubicación geográfica y la época del año, estaban asociados positiva o negativamente con la salud mental.
Las mujeres jóvenes y maduras tenían un mayor riesgo de
sufrir angustia mental durante la temporada de primavera. Los investigadores
también encontraron asociaciones negativas de salud mental con una alta ingesta
de cafeína y un consumo de comida rápida de moderado a alto.
Por el contrario, para las mujeres maduras, el desayuno con
frecuencia se relacionó con una mayor tasa de angustia mental. Sin
embargo, al igual que con las mujeres jóvenes, el ejercicio frecuente pareció
tener un efecto positivo en el bienestar de las mujeres maduras.
Además, las mujeres maduras que viven en Asia informaron de
una angustia mental más significativa en comparación con las que residen en
América del Norte. Los hombres jóvenes informaron un mayor bienestar en
relación con el ejercicio frecuente, el consumo moderado de lácteos y la
ingesta de carne de moderada a alta. Por el contrario, la ingesta alta de
comida rápida y cafeína se asociaron con un peor bienestar mental.
Al igual que con las mujeres maduras, los hombres maduros
tenían una mayor probabilidad de sufrir trastornos mentales. Los niveles
de educación superior y el consumo moderado de frutos secos se asociaron con
una salud mental positiva en los hombres maduros.
Existen diferencias críticas en la morfología del cerebro y
la conectividad entre hombres y mujeres. Es menos probable que la dieta
afecte a los hombres que a las mujeres. Los hombres que se adhieren a una dieta
incluso "ligeramente saludable" tienden a reportar un buen bienestar
mental, explica. Sin embargo, cuando su dieta consiste principalmente en
comida rápida, la angustia mental se vuelve más probable.
El estudio fue transversal, por lo que los investigadores solo tomaron una instantánea de la dieta de cada participante en un momento determinado. La dieta puede cambiar significativamente a lo largo de los años. Además, los científicos no pudieron tener en cuenta las condiciones de salud existentes o los factores ambientales o genéticos. El estudio del impacto de la nutrición en la salud mental es un desafío y, como siempre, se necesita mucho más trabajo.
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