Hoy al iniciarse la vacunación contra el COVID 19 en Venezuela la ocasión es propicia para recalcar a las personas que, las vacunas pueden prevenir la enfermedad pero no evitar que el virus invada y haga copias de sí mismo. Medir la capacidad de una vacuna para prevenir enfermedades es un desafío, pero medir su capacidad para prevenir la transmisión es mucho más difícil.
Las personas con menos virus en sus cavidades nasales son,
en teoría, menos capaces de propagar la enfermedad, y en varios estudios hasta
ahora, varias vacunas COVID-19 parecen reducir la cantidad de virus en la
nariz. Pero aún podría ser posible cierto nivel de transmisión es por eso que
debemos seguir usando máscarillas.
Los receptores de las vacunas tendrán efectos secundarios,
como fiebre y dolor de cabeza durante uno o dos días, más que todo después de
la segunda inyección. Pero aquellos previamente infectados con COVID-19, los
efectos secundarios pueden ser más probables después de la primera inyección.
Existe la idea de que una infección previa puede dejar una
huella en la respuesta inmunitaria, pero cuando reciba la vacuna, la forma en
que evolucione la respuesta inducida podría ser diferente a si nunca antes hubiera
visto el virus.
Pero a pesar de todo hay que tener presente que la vacunación es la mejor arma que tenemos y como siempre el personal de salud que será el primero en ser vacunado marcara la pauta sobre la seguridad y efectividad de las vacunas administradas en el país.
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