Los bebés, por ejemplo, no aprenden a hablar intencionalmente; esto sucede como resultado de su entorno. Se cree que la capacidad de los bebés para aprender la estructura del lenguaje y segmentar los sonidos en fonemas, palabras y oraciones depende de cómo extraemos regularidades estadísticas de los sonidos que oímos y aprendemos sus estructuras.
El cambio clave reside en comprender que todo aprendizaje podría ser, en realidad, incidental. Incluso cuando creemos que aprendemos a propósito como estudiar un nuevo idioma o estudiar a toda prisa para un examen, en realidad estamos moldeando nuestro entorno o mentalidad de manera que el cerebro se encuentre en un estado en el que el aprendizaje pueda ocurrir. Dado que a menudo fracasamos en el aprendizaje intencional, parece que nos engañamos a nosotros mismos para aprender más que aprender intencionalmente.
Cuando estudiamos para un examen, recordamos los datos requeridos simplemente porque así lo decidimos, los mecanismos subyacentes del aprendizaje incidental y el aprendizaje intencional son los mismos, y para aprender intencionalmente, intentamos poner nuestro cerebro en un estado en el que los sistemas de aprendizaje incidental se alineen con nuestros objetivos.
Cuando fracasamos en el aprendizaje intencionado de sistemas, puede deberse a que no creamos las condiciones adecuadas (no empleamos los trucos adecuados) que harían que nuestro cerebro idiosincrásico se activara. Una de estas podría ser asociar el aprendizaje con un resultado positivo o una recompensa.
Cuando realizamos una tarea que nos lleva al éxito aprendemos no solo a detectar mejor la letra clave, sino que también podemos obtener información que se nos presentó subliminalmente al mismo tiempo.
Existen numerosas estrategias para engañar al cerebro y que aprenda lo que queremos. Estas incluyen darle más oportunidades con el material podemos releer un texto o volver a ver una clase, lo que aumenta la regularidad estadística del material en nuestra vida diaria. También implican cambiar la forma en que prestamos atención al material.
La atención puede alterar el modo en que procesamos nuestras entradas sensoriales y dar forma a la imagen neuronal de la experiencia que se aprenderá. añadiendo una capa de refuerzo positivo. Sin embargo, es importante aprender lo que funciona para usted. Todos diferimos un poco en lo que conduce a un aprendizaje más o menos efectivo, por lo que es importante probar nuestros diferentes enfoques y ver qué trucos funcionan.
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