
La clave de esta "lengua" se encuentra en los seis sensores que detectan sustancias claves para identificar la variedad y la edad de los vinos, los ácidos,los productos alcalinos, alcoholes y azúcares. Este dispositivo cuenta con la ventaja de que se puede programar para identificar variedades nuevas, de sabores según vayan necesitando las personas. La lengua electrónica se diseñó para realizar pruebas de calidad de los distintos productos alimenticios en el mismo campo de cultivo, ya que el procedimiento habitual de tomar muestras y enviarlas al laboratorio toma demasiado tiempo. Los científicos aseguraron que trabaja muy rápido y se mueve fácilmente de un lado para otro, por lo que es muy sencilla de usar.
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